Existe una conexión entre la cultura, la vida y el medio ambiente, se podría decir que ese lazo es tan fuerte que no se puede entender de manera separada. El medio ambiente, tanto en sus elementos bióticos como abióticos, hacen posible la existencia de los seres vivos. La tierra es un planeta que logró esas condiciones, pues si se observa el universo conocido, sólo en muy pocos lugares del cosmos se dan las condiciones propicias para que se genere la vida. Los animales, las plantas, los demás seres vivos y aquellos elementos sin vida que conforman el planeta (atmósfera, litósfera e hidrósfera) son necesarios para el desarrollo de las culturas humanas. Como ejemplo de lo anterior se pueden citar las culturas de aquellos grupos humanos que habitan los desiertos como el Sahara: las vestimentas, las comidas típicas y la forma de las construcciones están mediadas por el medio ambiente; igual sucede con aquellos grupos humanos que sobreviven en los polos, como es el caso de los Inuit: los Iglú, el transporte en trineo de perros, la alimentación; todo está dispuesto en la cultura para la adaptación a su ambiente y la transformación de la misma. Es por lo anterior, que la noción de desarrollo humano no se puede alejar de los conceptos de cultura, de vida y de medio ambiente; el desarrollo humano es un tema social complejo, que se refiere no sólo al desarrollo individual sino al desarrollo social, se puede decir que, es un mecanismo de generación de bienestar para las comunidades humanas actuales y futuras, es decir, para la perpetuación y extensión de las mejoras de la calidad de vida de todas las personas en el mundo. Para conseguir los anterior, se debe tender un puente entre el desarrollo humano y la bioética, ésta última como disciplina reflexiva que busca la mejora en las prácticas humanas para la preservación de la vida en todas sus formas, esto es, para establecer una cultura de la vida. La finalidad de ésta simbiosis es la de generar una verdadera comprensión de la ecología humana, que busque el desarrollo de la creatividad y el amor por la naturaleza, pues mal que bien, la supervivencia de la especie humana y de sus culturas, dependen de la buena relación con su medio natural, tal como lo establecieron Jahr y Potter.
domingo, 12 de octubre de 2014
Reflexiones acerca de la relación entre cultura, bioética y desarrollo humano.
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